Existe una tensión en las bebidas alcohólicas entre las preferencias establecidas de los consumidores, las normas del mercado, la apertura a la innovación y los productos que cruzan las categorías tradicionales o las líneas de sabor. La innovación creativa y vanguardista funciona mejor cuando mantiene una conexión con lo familiar, lo que permite a los consumidores experimentar y probar cosas nuevas, pero con cierto grado de confianza, dice GlobalData, una empresa de datos y análisis.
El último informe de la compañía, ‘Principales tendencias en bebidas alcohólicas’, señala que, si bien los sabores tradicionales en el alcohol dominan las elecciones de los consumidores en un sentido de primera línea, surge una imagen diferente cuando se revisan las opciones de sabor por generación y género. La Generación Z, que todavía son bebedores relativamente ‘nuevos’, no están atados a los sabores tradicionales: el 31 % opta por opciones nuevas y de moda y el 30 % elige sabores clasificados como inusuales.
Richard Parker, analista principal de conocimiento del consumidor en GlobalData, comenta: “Los consumidores de la Generación Z están influenciados por la novedad y la moda de los sabores, tal como se promocionan a través de las redes sociales, y por los aspectos visuales y de sabor.
“Este paisaje generacional crea un territorio fértil para productos como las bebidas híbridas, que se casan con categorías familiares de maneras nuevas y emocionantes, por ejemplo, ‘vodquila’ o ‘rumquila’. Los híbridos pueden introducir notas de sabor interesantes y narraciones premium únicas mediante el uso de técnicas de almacenamiento y envejecimiento de otras categorías, como la cerveza almacenada en barriles de vino o licores, o tomando sabores de productos alimenticios”.
Tiene sentido. ¿Pero el cambio climático?
A pesar de las oportunidades para la innovación y la orientación demográfica que aún existen en un mercado tan maduro, Parker dice que las marcas de bebidas alcohólicas enfrentan algunos problemas crecientes a nivel macro.
“El cambio climático y los efectos impredecibles que está teniendo en la cadena de suministro están socavando los enfoques regulares y sostenibles de producción y consumo. Esto forzará el cambio en los productos disponibles.
“El cambio climático que afecta los rendimientos de la cebada podría provocar escasez de cerveza y un aumento de los precios de la cebada (y la cerveza), lo que posteriormente daría como resultado una caída en el consumo mundial. El riesgo de una caída de la oferta y un aumento significativo de los precios significa que las marcas deberán dar a los consumidores razones sólidas para continuar comprando sus productos, ya que la prima se convierte en lujo y los productos estándar tienen un precio realmente superior”.